El n°. 143 de nuestro Boletín estrenaba su actual estructura y en su portada aparecía la fotografía de Pepe Garcés en la cima de uno de sus «ochomiles» conquistados, el Shisha Pangma de 8.046 m, con el escudo ondeando al viento del Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza, que había apoyado anímica y económicamente dicha expedición a través de su Sección de Montaña. Era un 6 de Mayo de 1998 y eran momentos de alegría. Hoy, el motivo de estas líneas es bien distinto, es para decir adiós con gran tristeza a uno de los grandes montañeros que ha dado esta tierra. Adiós porque, a causa de un fatal accidente ocurrido el pasado 12 de Octubre, Pepe se quedó para siempre en las laderas del Dhaulagiri, de 8.146 m, en uno de los intentos de hollar su cima. Si bien ha resultado ser un trago muy amargo el asumir su pérdida, irremplazable tanto como montañero como persona, cabe el consuelo que Pepe ha muerto haciendo lo que más le gustaba: subir montañas, y, además, su cuerpo reposará para siempre en un lugar que no puede ser más hermoso y más majestuoso como es una montaña del Himalaya de más de ocho mil metros.

          Pese a desenvolverse a un nivel de riesgo muy alto, donde muchas veces la causa del accidente tiene su origen en circunstancias totalmente ajenas a tu presencia, Pepe amaba por encima de todo la vida, el volver a casa y contar a los suyos cómo le había ido en sus expediciones. Pero él quería tener una vida intensa, rica en vivencias y emociones, aun a riesgo de que no fuera muy larga, y esta calidad de vida se la proporcionaba la montaña.

          Pero Pepe no se ha ido del todo. Pepe se ha integrado en la montaña y ha pasado a formar parte de su bello paisaje, y esto va a significar que el grupo que formamos la Sección de Montaña de nuestro Colegio tenga un aliciente más para salir de excursión, porque entonces nos vamos a reencontrar con él y juntos seguiremos, con algún sudor que otro, disfrutando de esas experiencias y emociones que sólo encuentras en la montaña.